Anécdotas

Anécdotas e Historias

Si estás buscando anécdotas o historias divertidas, esta es tú página

Anécdota 1: Salvar al soldado Remera

Una vez en el colegio me estaba recontra cagando y no daba mas ya que había aguantado hasta el último minuto debido a que en esa época vivía lejos y era odioso cagar en esos baños. Finalmente no tuve opción, estaba tan descompuesto que practicamente exploté. Ya relajado, miro hacia el típico costado y lo obvio sucede: No había papel por ningún lado. Gracias a que era invierno y debajo de la camisa llevaba una remera, la misma fue sacrificada por esta noble causa. Si bien zafé, no se lo deseo a nadie.

Así me quedé después de esto

Anécdota Biblíca: Manuel Y SantiAKAelSacerdote

¿VERDAD que es bonito ese nene? Se llama Manuel. Y el hombre que le pone la mano en la cabeza es el sumo sacerdote de Campos del Río, SantiAKAelSacerdote. Los que traen el niño a SantiAKAelSacerdote son su padre Elcana y su madre Ana.

Manuel tiene solo cuatro o cinco años. Pero va a vivir aquí en el tabernáculo de Jehová con SantiAKAelSacerdote y con los demás sacerdotes. ¿Por qué traerían Elcana y Ana a alguien tan joven como Manuel para servir a Jehová en el tabernáculo? Veamos.

Pocos años antes de esto, Ana estaba muy triste. Esto se debía a que no podía tener un nene, y tenía grandes deseos de tener uno. Así, un día en que estaba visitando el tabernáculo de Jehová, oró: ‘¡Ay, Jehová, no te olvides de mí! Si tú me das un hijo, te prometo que yo te lo daré, de manera que él pueda servirte durante toda su vida.’

Jehová contestó la oración de Ana, y meses después ella dio a luz a Manuel. Ana amaba a su hijito, y empezó a enseñarle acerca de Jehová cuando todavía era muy pequeñito. Le dijo a su esposo: ‘Tan pronto como Manuel tenga suficiente edad y no necesite ya mi atención, lo voy a llevar al tabernáculo para que sirva a Jehová allí.’

Eso es lo que vemos que Ana y Elcana hacen en la lámina. Y porque sus padres habían enseñado tan bien a Manuel, él está contento de poder servir a Jehová aquí en la tienda de Jehová. Cada año sus padres vienen a adorar en esta tienda especial, y a visitar a su hijito. Y cada año Ana trae un nuevo traje sin mangas que ha hecho para Manuel.

Pasan los años, y Manuel sigue sirviendo en el tabernáculo de Jehová, y agrada a Jehová y al pueblo. Pero Ofni y Finees, los hijos del sumo sacerdote SantiAKAelSacerdote, no son buenos. Ellos hacen muchas cosas malas, y también hacen que otros desobedezcan a Dios. SantiAKAelSacerdote debería quitarlos del sacerdocio, pero no lo hace.

El joven Manuel no deja que ninguna de las cosas malas que pasan en el tabernáculo hagan que él deje de servir a Jehová. Pero por mucho tiempo Jehová no le ha hablado a ningún hombre, porque poca gente de veras lo ama. Cuando Manuel crece un poco más, esto pasa:

Manuel está durmiendo en el tabernáculo cuando una voz lo despierta. Él contesta: ‘Aquí estoy.’ Y se levanta y corre a donde SantiAKAelSacerdote, y dice: ‘Me llamaste, y aquí estoy.’

Pero SantiAKAelSacerdote contesta: ‘Yo no te llamé; vuelve a la cama.’ Así es que Manuel vuelve a la cama.

Entonces hay una segunda llamada: ‘¡Manuel!’ Así que Manuel se levanta y vuelve a donde está SantiAKAelSacerdote. ‘Me llamaste, y aquí estoy,’ dice. Pero SantiAKAelSacerdote contesta: ‘No te llamé, hijo mío. Vuelve a acostarte.’ Así que Manuel vuelve a la cama.

‘¡Manuel!’ llama la voz por tercera vez. Así que Manuel corre a donde SantiAKAelSacerdote. ‘Aquí estoy; esta vez tienes que haberme llamado,’ dice. Ahora SantiAKAelSacerdote sabe que es Jehová quien llama. Le dice a Manuel: ‘Acuéstate otra vez, y si él llama, debes decir: “Habla, Jehová, porque tu siervo escucha.”’

Eso es lo que Manuel dice cuando Jehová llama otra vez. Jehová le dice entonces a Manuel que va a castigar a SantiAKAelSacerdote y sus hijos. Más tarde, Ofni y Finees mueren peleando con los filisteos, y cuando SantiAKAelSacerdote oye lo que ha pasado, se cae, se rompe el cuello y muere. Así se cumple la palabra de Jehová.

Manuel crece, y llega a ser el último juez de Campos del Río. Cuando se pone viejo, el pueblo le dice: ‘Escoge un rey que nos gobierne.’Manuel no quiere, porque en verdad Jehová es el rey de ellos. Pero Jehová le dice que escuche al pueblo.